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“Queremos que nuestros hijos y nuestros nietos también puedan ver los majestuosas araucarias, las ágiles vicuñas, los copihues y los huemules”, estas fueron las palabras que los fundadores de CODEFF repetían una y otra vez desde el mismo día de su concepción como idea hace 50 años.

Medio siglo en que con orgullo podemos confirmar que no se trata de una publicidad vacía, sino de una realidad. En medio siglo la ONG ambiental más antigua de Chile ha estado presente en la tarea de conservación de la naturaleza y defensa de las especies y ecosistemas en peligro. No es casual que seamos testigos y actores, contando una gran historia en torno al desafío medio ambiental y es un orgullo para mi ser la actual Presidenta que está representando sus valores y principios.

En 1968, no existía ninguna institucionalidad ambiental como la que hoy se ve reflejada en organismos como el Ministerio de Medio Ambiente; ni CITES, ni reservas particulares, ni sellos de certificación forestal, ni centros de rehabilitación de fauna silvestre. En esos años nacía un comité con mucho entusiasmo, mística y optimismo siguiendo las tendencias de conservación liderada por Suecia. Fueron dos hitos muy concretos los dieron el pie inicial: las excursiones para observar aves en los alrededores de Santiago, organizados por el ornitólogo, Berton Bailey -entonces director del instituto Chileno Norteamericano de Cultura- y la Conferencia Latinoamericana Regional sobre Conservación de Recursos Naturales Renovables, organizada por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza, UICN, realizada en San Carlos de Bariloche. Los socios fundadores recuerdan que durante las caminatas por los alrededores de nuestra capital, los participantes manifestaron su interés de contar con una organización para volcar sus esfuerzos e impulsar actividades ciudadanas pro defensa de la fauna y flora chilena. Fue el momento de que naciera un organismo no gubernamental que velara por nuestro patrimonio natural.

Otro hito se encuentra en los acuerdos de un grupo de profesionales, quienes al término de una charla de Alfredo Johnson, socio fundador, sobre “Las Aves de Chile”, impulsan una campaña Pro Defensa de la Fauna y Flora. Don Godofredo Stutzin, principal promotor de CODEFF, cuenta en sus escritos que propuso en la reunión la iniciativa de constituirse como un grupo de trabajo, siendo el 23 de octubre de 1968 el día en que se acordó organizar un comité, respondiendo a lo que consideran su deber: “atraer y convocar la colaboración de los ciudadanos y privados a los esfuerzos de conservación, asumiendo que el Estado por sí solo no puede dar respuesta a todas las tareas que se demandan”.

Hay quienes afirman que el movimiento ambiental chileno tiene su gestación académica en las universidades, su gestación económica en fundaciones y otras instancias, pero CODEFF supo ser la primera organización ambientalista chilena que abrió sus puertas a la participación ciudadana, propiciando las condiciones para que años después, se reconociera al movimiento ecologista y/o ambientalista, situándose entonces en lo que es una gestación cultural, reconociéndonos como un grupo que impulsa en el país su despertar ecológico, extendiéndose desde Santiago hacia regiones, desde las universidades hasta las escuelas básicas, desde los profesionales a dueñas de casa, desde el Estado a los grupos culturales, sociales y comunitarios.

Desde aquel entonces se aprecia el mismo espíritu. Sólo que ha evolucionado de la mano de un gran proceso nacional, acompañando las acciones que desde el Estado se han implementado en los grandes temas que deben velarse referidos a la conservación de la Biodiversidad, lucha contra el Cambio Climático y eficiencia Energética.

Mucho ha sucedido en el camino y después de 50 años de fructífera labor, podemos mirar hacia atrás con orgullo y dirigirnos al futuro con la esperanza de que se ha avanzado en los compromisos con nuestro medio ambiente, sumándonos a los clamores ciudadanos, de los ecosistemas y a los esfuerzos realizados desde las instancias gubernamentales. Pero esta tarea es permanente y requiere de mayores esfuerzos y acciones concretas. En la actualidad nuestro planeta está en emergencia y las futuras generaciones merecen nuestro mayor compromiso.

Por ello reconocemos los esfuerzos de numerosos líderes ambientales que han surgido desde CODEFF como semillas prósperas que florecen en otros lares, y son parte ahora de espacios públicos, privados e incluso han creado sus propias organizaciones con misiones similares.

En por ello que me detengo a homenajear a un hombre que como una gota de agua que cae con fuerza y tenacidad rompió la piedra de la indiferencia ambiental. Destacamos lo que nuestro fundador señaló en una de sus cartas enviadas a CODEFF con motivo del aniversario año 2000: “CODEFF mantiene su plena vigencia como meta de nuestros esfuerzos, aunque las actividades se han extendido a todos los campos de la problemática ambiental. Lo que siempre hemos perseguido es la defensa de las condiciones en que pueda existir y desarrollarse en plenitud la naturaleza viva, vale decir, la fauna y flora, el reino animal y el reino vegetal, amparados hoy día también por el concepto de biodiversidad. Esta defensa incluye la del hombre mismo y ello se desprende del hecho de que somos parte de la naturaleza y dependemos de ella…”, Godofredo Stutzin (1917-2010).

Ahora, vemos con preocupación el desafío del futuro es aún mayor, aunque esperanzados que la humanidad tendrá la madurez para enfrentar las grandes urgencias ambientales. Los grandes acuerdos en pos del cuidado medio ambiental como son las Convenciones Internacionales COP de Biodiversidad, Cambio Climático y de Lucha contra la Desertificación. A ello se suma  la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible presentada en 2015 por la ONU como nuevo enfoque para transformar el mundo a través de 17 principios presentados como los Objetivos de Desarrollo Sustentable ODS que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el combate al cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades. Es importante destacar que Cada objetivo tiene metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años y que para alcanzarlas, todo el mundo tiene que hacer su parte: los gobiernos, el sector privado, la sociedad civil.

Estos acuerdos ya no nos dejan indiferentes. Sabemos que el principal rol de organizaciones como la nuestra es fomentar una educación ambiental, sensibilizar a los ciudadanos sobre le importancia de conocer y valorar el patrimonio natural del país y el planeta. Se exige un mayor compromiso y responsabilidad en la acción cotidiana y en ese aprender haciendo cambiar hábitos arraigados que fomentan un sistema social consumista y derrochador, generador de residuos que a la larga nos afectan a todos. Somos un país OCDE y a este otro desafío se sumarán mayores exigencias y expectativas ante una institucionalidad ambiental fortalecida en su rol normativo y rector, que genere una real protección y conservación del patrimonio natural de Chile para las futuras generaciones. Seguiremos atentos a ser la voz de la naturaleza porque somos parte de ella y es nuestro deber conservarla.

CODEFF es una organización no gubernamental autónoma e independiente y su relación con el mundo gubernamental y político se enmarca en la apuesta por inscribir en la agenda pública la conservación y el desarrollo sustentable. En el marco de campañas presidenciales, parlamentarios y o municipales, en diversas ocasiones se hicieron llamados e invitaciones al mundo político, asumiendo un rol propositivo, formulando enfoques, diagnósticos y propuestas principalmente en el proceso de la legislación de fomento del bosque nativo y áreas de conservación de la biodiversidad.

Desde aquellos años a la actualidad mantenemos nuestra VISIÓN: “Ser una organización, generadora de conciencia y responsabilidad ambiental reconocida por ciudadanos, comunidades, organizaciones sociales, el Estado y las empresas por su capacidad de acción y propuestas para la protección y defensa de la naturaleza y el manejo sustentable de los ecosistemas naturales”. Tras ella existe la Misión de lograr la conservación de la naturaleza, el medio ambiente y la promoción del desarrollo sustentable.

Creo que en medio siglo de existencia, se ha cumplido con creces lo propuesto, pero no exento de desafío permanentes ante la crisis de pertenencia y participación que existe en la sociedad actual. Ese es el gran desafío, crear más consciencia sobre la urgencia de proteger y conservar nuestro planeta y patrimonio natural nacional, no sólo para nosotros, sino que para las futuras generaciones. Sólo así honraremos el espíritu original de quienes fueron nuestros fundadores.

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