En el transcurso de dos semanas, cuatro activistas han sido asesinados en Honduras por oponerse junto a las comunidades indígenas a diferentes megaproyectos que atentan contra la vida de las comunidades y sus medios de subsistencia.
Todo esto ha sucedido tras el asesinato de Berta Cáceres el pasado marzo, líder indígena lenca, que dio su vida para defender los derechos humanos y ambientales frente al proyecto de una represa hidroeléctrica, Agua Zarca, de la empresa DESA; derechos que esta empresa en complicidad con el gobierno está dinamitando.
La movilización social está haciendo mella y hasta la fecha hemos conseguido que los principales inversores del proyecto se retiren, sin embargo el Banco Centroamericano de Integración Económica continúa apoyando la represa.
La impunidad de las multinacionales que operan en Honduras y que cometen violaciones de derechos humanos para conseguir sus objetivos es una barbarie, no podemos darles la espalda y mirar a otro lado. Es necesario sumar esfuerzos para dar a conocer el caso de indefensión de las comunidades y frenar el continuo atropello al que se ven sometidas. En 12 años,más de 100 activistas han perdido la vida para defender el interés general, las comunidades locales y los recursos naturales de los que dependen estas comunidades.
- Reclama una investigación independiente para arrojar luz sobre el asesinato de Berta Cáceres.
- Demanda protección para los defensores sociales y ambientales.
- Exige la retirada del último inversor de la presa hidroeléctrica para que se ponga fin al proyecto de Agua Zarca.
Fuente: Amigos de la Tierra
