En AMBIENTALES

El documento “TPP: Impacto en Chile y la región” elaborado por Jaime Ensignia, sociólogo y doctor en Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad Libre de Berlín, describe los elementos centrales de la política exterior del actual gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet y cómo se inserta la política de relaciones económicas internacionales a cargo de la Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales (Direcon). El informe, solicitado por la propia Cancillería, plantea que el TPP “podría tener efectos políticos, económicos y comerciales controversiales en los procesos de integración” en la región.

En el programa de gobierno de Bachelet se estableció que “tenemos preocupación ante la urgencia por negociar el acuerdo Transpacific Partnership (TPP). Para velar por el interés de Chile se debe hacer una revisión exhaustiva de sus alcances e implicaciones. Para nuestro país es prioritario impedir aspectos cuestionables que pudieran surgir en este acuerdo, pues, mal manejado, se transformaría en una renegociación indirecta de nuestro TLC con EEUU, debilitando acuerdos ya establecidos en materia de propiedad intelectual, farmacéuticos, compras públicas, servicios e inversiones, o llevaría a la instalación de nuevas formas en el sector financiero”.

Sin embargo, con el paso del tiempo el recelo ante este tratado de libre comercio, así como el resguardo ante los “aspectos cuestionables”, se fue desvaneciendo y su aprobación se ha vuelto un punto prioritario para el Gobierno, a pesar de que no existe hasta el momento ningún estudio de impacto económico que asegure beneficios para el país.

Al respecto, la conclusión del estudio encargado por la propia Cancillería es que “en este contexto, aún no podremos referirnos acuciosa y seriamente a lo que gana Chile y cuáles podrían ser los déficit en cuanto al cierre de estas negociaciones, puesto que no contamos con la información necesaria como para realizar este balance”, se lee en el estudio de Direcon.

El estudio encargado por la Cancillería reconoce las implicancias del secretismo con que se ha negociado el TPP y las consecuencias de haber excluido a las organizaciones de la sociedad civil en el proceso, a diferencia de las empresas, que tuvieron un rol protagónico. Carlos Figueroa, miembro de la plataforma Chile Mejor sin TPP, afirma que “las organizaciones sociales fuimos excluidas en 7 años de negociaciones secretas. Nos dicen que este es un tratado del siglo XXI, pero fue hecho con mecanismos de la Edad Media. Y lo más grave: traerá -según los expertos y la ONU- graves consecuencias en salud y acceso a internet. Chile pierde sí firma el TPP”.

El documento detalla el impacto que la firma de este tratado causaría a nivel global y conceptual en los países de la región, del Alba y del Atlántico, y cómo repercutiría en los esquemas de integración económica continental y en las reacciones de organismos de la sociedad civil. Asimismo advierte las posibles dificultades con China, socio comercial más importante de Chile y que no está dentro del TPP. Esto, ya que es una política que pretende restablecer la hegemonía política-económica estadounidense en el mundo y así desplazar el actual protagonismo chino en estos aspectos.

A diferencia de la prosperidad promovida por la Cancillería, son más los riesgos que los beneficios constatables. Figueroa agrega que “Chile seguirá estando en el subdesarrollo si firma el TPP. Eso de que nos permitirá crear cosas como Google es una completa mentira. Tampoco traerá más empleos. Las cifras muestran un nulo beneficio neto para Chile”, además de que “el documento encargado por Cancillería demuestra que no hay estudios serios económicos que muestren ventajas para Chile y muestra los efectos que puede tener en nuestras relaciones con China y Brasil. Pero el Ministro y la Presidenta están obstinados: hacen oído sordo a los estudios que ellos mismos encargan”.

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