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En el año 2004, organizaciones que luchan contra la expansión de plantaciones de árboles a gran escala declararon al 21 de septiembre como el Día Internacional Contra los Monocultivos de Árboles. Desde entonces, organizaciones de todo el mundo llevan a cabo acciones en esta fecha para generar conciencia sobre el tema.

Chile es el país de Latinoamérica que se considera como modelo de una gestión forestal basada en plantaciones de monocultivos exóticos por parte de grandes empresas. Actualmente la actividad del sector forestal se concentra principalmente en dos grandes grupos económicos: CMPC y Arauco, quienes han sido los grandes beneficiarios de los cerca de US$ 700.000.000 que hasta ahora ha entregado el estado como subsidio.

Con ello, las Plantaciones forestales han aumentado, siendo un preocupante ejemplo la región del Biobío que ha llegado a tener sobre 800.000 hectáreas de plantaciones, trayendo consigo importantes consecuencias en la calidad del suelo, destrucción de fuentes de agua, desplazamiento de fauna y flora nativa, y la situación de empleo que en los últimos diez años se ha mantenido constante,  alrededor de los 135 mil empleos- siendo  mayoría no permanentes. A esto se suma que donde hay más plantaciones forestales se asocian  los mayores niveles de pobreza.

Este modelo, que a la luz de la crisis económica, se quiere intensificar con el pretexto de que el establecimiento de nuevas plantaciones sea un aporte a la generación de empleo. Sin embargo, esto significaría ampliar la superficie de plantaciones en más de un millón de hectáreas como un medio para aumentar también la capacidad industrial de producción de celulosa con la instalación de nuevas plantas.

Ante esta situación, CODEFF hace un llamado de alerta y mantiene su rechazo a la prórroga a la vigencia del Decreto Ley 701 de Fomento Forestal, propuesta por el Gobierno y aprobada por la Comisión de Agricultura de la Cámara de Diputados.

De volver a extenderse el decreto, continuaría operativo el método de asignación de recursos públicos al sector forestal, que ha generado perjuicios ambientales sin grandes avances para las comunidades locales.

“Esta ley ha sido la herramienta para la implementación de un modelo forestal profundamente concentrador de los medios de producción y de los beneficios, y además generador de  graves  impactos sociales y ambientales con un aporte muy limitado al desarrollo local”, afirmó el miembro del directorio de CODEFF y experto en bosques, Hernán Verscheure.

Entre los cuestionamientos a la normativa, se encuentra la sustitución del bosque nativo por plantaciones forestales de monocultivos, lo que ha implicado una pérdida de biodiversidad, de hábitats para la fauna nativa y un deterioro de las cuencas hidrográficas asociadas a tales  plantaciones, entre otros efectivos negativos.

Según Verscheure, dicho análisis “debería ser el paso previo a la construcción de instrumentos de política que apunten a un desarrollo forestal real donde los intereses de los ciudadanos, sobre todo de aquellos que viven en o de los bosques, sean considerados, como también el cuidado de la naturaleza y en especial de los servicios ambientales que los bosques generan para la sociedad”.

CODEFF llama a los poderes Ejecutivo y Legislativo a ver el término de la vigencia del decreto ley 701 como una oportunidad para hacer los ajustes necesarios a través de instrumentos de política que permitan un desarrollo real del sector forestal, basado en proceso productivos sustentables que garanticen el respeto a las comunidades, trabajadores y nuestro entorno, que finalmente «es el capital natural que debemos salvaguardar para las futuras generaciones”, sentenció Verscheure.

“Las plantaciones no son bosques: ¡Detengan la expansión de los monocultivos de árboles!”

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